viernes, 15 de julio de 2016

VACACIONES EN MALLORCA V


por MERCHE





Me tumbe boca arriba y Juan me miro, ya sabia lo que tenia que hacer, solté la parte de arriba del bikini y me lo quite. Me di la vuelta para recibir crema de Juan, pero el que se disponía a darme crema era David, mi novio Juan ni se movió.

 David me dijo sorprendiéndome:-No, si la que va a repartir crema eres tú.

Me quede parada, no era eso lo que yo estaba esperando. Me dio el  bote de crema y se tumbo bocarriba para recibirla con los brazos detrás de la cabeza. Era sensacional, se le notaban todos los músculos del abdomen, me tuve que sentar en la toalla de espaldas a Juan para poder darle crema y le pregunte a David:

-¿Vas al gimnasio verdad?

-Un poco. Me respondió.

Me dispuse a extender la crema por aquel cuerpo musculoso, y mirando alrededor vi que los viejos estaban mas cerca, a dos metros como mucho, se iban acercando  poco acechando una presa

Empecé a repartirle la crema por arriba, y dando movimientos de vaivén lo iba extendiendo. Me estaba excitando esta situación, los viejos mirando como se movían mis tetas al frotar a David a solo dos metros, después nosotros y a continuación diez metros de playa hasta llegar al mar.  Conforme iba repartiendo la crema por el cuerpo de David, notaba como crecía su bulto en el bañador a la vez que crecía mi excitación, era como si la gente desconocida que estaba en la playa se fuera alejando, como si solo quedáramos nosotros tres y los viejitos.

Dani entonces se dio la vuelta para que terminara mi trabajo, y se percató del acercamiento de estos mirones, me dijo en voz baja:

- Estos no se pierden detalle. Yo afirme con la cabeza echándome a reír, siguiendo con mi tarea.

Dani me dijo entonces:

- Ahora me toca a mí.

Yo me disponía a tumbarme cuando el me indico que me tumbara al revés, es decir, con la cabeza a los pies de Dani y Juan, boca abajo mirando hacia el mar.

Así lo hice, dejando una vista espectacular de mi trasero a los viejos mirones,  apoye los codos en la toalla e incline la cabeza esperando la crema, entre mis tetas y mi brazo quedo un hueco por el cual veía a los mirones disfrutar.

David empezó despacio, por la parte de mis hombros, en mi campo de visión solo tenia que mover un poco la cabeza para ver el paquete de Juan, mi novio y David. Me gusto que los mirones no apartaran la mirada ni un segundo de mi cuerpo.

David siguió avanzando hasta mi cintura y luego paro para sacar otro bote. Ese bote ya lo había visto yo antes.

-¿Me vas a poner lubricante? pregunte a David.

Me respondió con otra pregunta:

-¿No te gusto ayer?

-Si, pero ayer no estábamos en una playa llena de gente. Además tenemos  esos cuatro aquí pegados. Respondí yo.

Mire a  Juan ya que David no hacia caso a mis escusas, ni dijo nada  , ni  perdía detalle mientras David iba apartando la fina tira de tela que ocultaba mis orificios, mire al paquete de Juan y note como creció en unos segundos. Le gustaba que le vieran a su novia todas sus intimidades.

David empezó a lubricarme entre los dos molletes, apartando uno un poco para un lado, de mi parte superior hasta la entrada de mi ano.

Mire la los viejos por el hueco y vi que estaban paralizados no movían ni un musculo ni siquiera los parpados y yo que estaba calentísima empecé a abrir  mis piernas para que los viejos mirones me vieran mejor, como dándoles permiso para mirar.

 David empezó a darme un masaje circular en el ano bajando cada dos por tres para hacer lo mismo con mi clítoris. Me corrí inmediatamente cosa que no paso desapercibida para los mirones pues los estaba viendo. Y de pronto uno saco una pequeña cámara fotográfica. Yo me alerte pero estaba tan caliente que no podía articular palabra.

David le dijo a mi novio Juan:

- Vigila por si se acerca alguien más de lo debido, que le voy a dar todo lo que se merece a la puta de tu novia.

Note que David había cambiado el tono de su voz, era evidente que estaba calentísimo.

La gente, que estaba a más de veinte metros no se enteraba de nada.

 David insistía e insistía en la entrada de mi ano que iba cediendo poco a poco a cambio de un placer inexplicable que me producía. Nunca antes había experimentado ese placer. De pronto introdujo su pulgar en mi ano y los otros dedos en mi coño, estire todo mi cuerpo cerrando las piernas en un acto reflejo.

David me aconsejó: -¡Abre bien las piernas, que te están haciendo fotos y no es cuestión de joderles el tema!

Abrí mis piernas, no pude decir nada, no me salían nada más que monosílabos sin sentido. David al ver mi colaboración empezó a mover su mano frenéticamente, empezó a gritar de gozo y Juan me puso la mano en mi boca, ahogando así mi voz. Orgasmo tras orgasmo mire a los viejos y seguían haciendo fotos, ya no me importaba, me gustaba en ese momento la idea de que tuvieran algo de mi para recordarme.

 David paro de repente y dijo:

- ¡Ya!!

No pasaba a creérmelo, ahora no, pensaba yo. Me había dejado a medias. No encontraba explicación e intente que me lo aclarase.

- ¿Ya? ¡Como que ya!

David me respondió:

- Ya no aguanto más, si sigo así voy a tener que metértela aquí mismo. Se tumbo  para atrás dejando su paquete hacia arriba, parecía que iba a romper su bañador.

Yo seguía con las piernas abiertas enseñando todo a los vejetes que se estaban anchando, esperaba que Juan hiciera algo pero nada. Al cabo de unos segundos me coloque bien la parte de abajo del bikini y me puse de pie diciéndoles en voz alta para que me oyeran bien los mirones:

-Me voy a refrescar un poco.

Y avance despacio hacia el agua, no me puse la parte de arriba, no le ´di importancia, notaba las miradas de los viejos que mantenían mi calentura al máximo, correspondiendo  empecé a mover mis caderas a la vez que mis pechos empezaban a bailar.

Antes de entrar en el mar volví la cabeza y vi como se incorporaba Dani para hacerme compañía, no lo espere y me adentre en el agua que estaba especialmente cristalina, note como me invadía el agua, como queriendo entrar dentro de mi, gracias al lubricante que me había puesto.

Cuando llego el agua por encima de mis caderas paré, di media vuelta y Dani estaba entrando dentro del agua, a unos metros por detrás de él avanzaban tres de los cuatro mirones. El otro estaba enseñando las fotos  a mi novio.

Cuando llego Dani le pregunté:

- ¿Les has invitado tú?

-No hizo falta, si no quieres los ahuyento

. Me respondió Dani.

-Déjalos, quiero ver  donde tienen su límite.

Dani se colocó detrás de mi y agarrando mi vientre con las dos manos apretó su bulto sobre mi trasero mordiéndome suavemente la oreja derecha .Pase mi mano izquierda por detrás de mi espalda para tocarle el miembro y ya lo tenia fuera del bañador, mientras tanto los mirones se iban acercando mas y mas, alce mi cabeza hacia arriba para degustar más su lengua sobre mis labios. Un breve beso para volver a mirar al frente. Ahí estaban ya, a menos de un metro. Pararon entonces para mirarme detenidamente.

Dani sin consultarme nada, de un tirón arranco mi parte baja del bikini ofreciéndosela al que estaba más próximo. Era la guinda del pastel, lo que necesitaban aquellos mirones, era como el permiso para continuar. Mire hacia abajo, y el agua cristalina me dejo ver como con sus manos movían sus pollas debajo del agua, al igual que ellos podían ver mi coño con toda claridad, estaba completamente desnuda.

 Mientras, mi marido se levanto, había visto la escena del bikini, observaba acariciándose el bulto por encima del bañador mientras avanzaba con decisión para meterse en el agua.

El que estaba en medio de los tres mirones avanzo un paso y Dani me dijo que me abriera de piernas, así lo hice yo , el mirón no espero y me introdujo su miembro dentro de mi, Dani entonces apunto su lanza y la fue introduciendo dentro de mi ano poquito a poco sujetándome por la cintura con una mano. Los otros dos se pusieron uno a cada lado para observar mejor. Yo me deshacía de placer, pensé que me iba a doler, pero solo fue un breve pinchazo lo que sentí. Juan mientras tanto acababa de llegar mire a los que tenía al lado y agarre una polla con cada mano comenzado a movérselas. Dani y el del medio empezaron a moverse dentro de mí. Era tanto el placer que sentía que se me escapaba la saliva por la coyuntura de mi boca y tanto  el poder de sus embestidas que apenas tocaban el suelo mis pies.


Por si no le quedo clara la escena Dani se la aclaro en un momento:

-Juan, para, esta vez te toca a ti ser el mirón, pregúntaselo a Meche tu puta buscona.

Juan me pregunto entonces:

-¿Quieres que paren?

Yo le conteste fuerte, quizás por la excitación del momento, o porque note en su voz que le  estaba gustando la escena:

-Quédate ahí mirando, cabrón, mira como se follan a la puta de tu novia.

Juan se quedo asombrado naturalmente, era la primera vez que me oía hablar así, pero fue un detonante para los demás, que comenzaron a tocarme  y acariciarme los pechos con sus manos.

 Para mi sorpresa el de la derecha se corrió primero y después el de mi izquierda. Aquella respuesta por mi parte y la situación en la que se encontraba Juan al parecer elevo su temperatura.

 Dani se corrió a continuación jadeando todavía se acercó a mi cuello y me dijo:

-No tienes límite putita.

La consciente pasividad de mi novio ante aquella situación, sin querer provocó que yo me quedara a medias de nuevo, parecía increíble que con tres hombres pegados a mi esto pudiera ocurrir.

Los que acabaron se fueron hacia la playa abandonándome allí. . Se corrió también el que ocupaba mi coño, fue el que aguantó mas, emitiendo algo parecido un sonido animal abandonándome también., Juan permanecía paralizado.

Cerré los ojos y quede quieta para tranquilizar así mi calentura, cuando los volví a abrir en la orilla de la playa estaban todos mirando, uno al lado del otro, supongo que comentando la jugada, claro que desde  la orilla se nos tendría que ver bien a los dos, Juan medio atontado y yo rodeada de semen por todos lados. En medio de todos ellos, Ramón que alzando la bolsa que tenia en la mano me indicaba que saliera a por ella gritando sin parar. Estaba desnuda y con tanto escandalo no me atrevía a salir,  la humillación parecía inevitable, pensé que cuanto mas tardara en salir mas gente me vería, el escandalo estaba asegurado.

Decidí salir rápido pues la broma ya la tenían planeada de antemano, de ahí los dos bikinis.

Me apresure , mirando para abajo, cogí la bolsa de Ramón y me senté en la primera toalla que vi, me puse el bikini y comencé a secar con otra toalla todas las partes de mi cuerpo mientras observe que ellos al borde de la playa seguían hablando tranquilamente junto con Juan que ya había salido también.

 A los dos minutos se acercó Juan  y me dijo:

-Ramón  nos invita a un cubata en el kiosco.

Sin esperar respuesta se fue dirigiéndose hacia Ramón que caminaba en dirección al kiosco. Dani venia hacia mí diciéndome con las manos que me levantara, deduje que iba a recoger las toallas. Esperé a que las recogiera para no avanzar sola por la playa, no sabia cuanta gente me había visto salir del agua y me invadió en ese momento un pudor que pensaba que ya no tenía.

Llegamos al kiosco y allí estaban esperando Ramón y Juan, los mirones se habían ido. Cuatro cubatas en la barra, tomé un trago y Juan me comento que Ramón nos quería dar un regalo al día siguiente.

Tomó la palabra Ramón que se disponía a dejar el vaso encima de la barra después de beberse el cubata de un trago:

-Le he propuesto a Juan un viaje en coche para ver un poco la isla. ¿Tu que opinas?

Le respondí con otra pregunta:

-¿Pero vas a venir sólo?

Asintió con la cabeza, y yo proseguí con mi respuesta:

- Este bien, me gusta la idea.

Pero no me fiaba ni un pelo, ya no me acordaba en ese momento con cuantos hombres había estado y ninguno me había saciado.

Cambiamos de tema dejándolo por terminado. Estuvimos hablando un par de horas de temas que ya no recuerdo, del tiempo, de la falta de lluvia, etc.,

Se hizo la hora de la cena, Ramón se despidió fijando la hora de salida:

-Mañana a las nueve. Y se fueron los dos Ramón y Dani.

 Nosotros nos dirigimos  a la habitación, por el camino le pedí disculpas a Juan por el lenguaje utilizado, el me perdono y me pregunto por mi penetración anal quedo todo muy aclarado Juan me puso la mano en la cintura y me preguntó al oído:

-¿En general, te lo estas pasando bien?

Le respondí:

-Si, pero siempre me dejan a medias, parece que lo tengan calculado. Además nunca pensé que una mujer pudiera disfrutar con tanto hombre y dar tanto placer. Estoy descubriendo cosas nuevas y me gusta.

Juan señalando hacia mi cuerpo me dijo que me pusiera algo mas cómodo para cenar mientras él reservaba mesa. Volví a mirar en mi armario para decidir que ponerme mientras el desaparecía por la puerta. Estaba indecisa, la lavandería ya me había devuelto la camisa y la minifalda toda arreglado, muy buen servicio.

Mientras estaba  pensando en estos temas oí la puerta pensaba que a Juan se le habría olvidado algo y abrí sin mas contemplaciones, una mano me empujo para atrás, eran dos amigos de Javi de otro empujón caí encima de la cama. Entonces uno de ellos me hablo:

-Te hemos estado observando en la playa, parece que no tienes bastante todavía.

Yo no conteste, seguía callada escuchando:

-Hemos decidido tomar unas copas vosotros, después de la cena, estáis invitados.

Me dieron el nombre la situación y el nombre del local  mientras me incorpore en la cama , pensé por un momento que se liarían conmigo allí mismo pero no fue así, se fueron inmediatamente mirándome y yo decidí seguir con lo que estaba haciendo.

 Yo no pensé en ir, al fin y al cabo solo había sido una invitación bajo mi punto de vista, aunque aun andaba caliente seguro que Juan daría cuenta esa noche de mi.

 Me puse la mini azul y la misma camisa ya arreglada, me coloque un poco maquillándome lo justo y baje al comedor, él estaba sentado en una mesa en el centro y ya tenia el primer plato preparado para los dos. Me senté sin mas y nos dispusimos a cenar, no le comente nada sobre aquella visita inesperada, seguro nos habían seguido para comprobar que habitación ocupábamos, pensaba pasar la noche con Juan.

Juan se extraño un poco porque a través de la camisa se veía mi sujetador, este día estuve mas tiempo sin ropa interior que con ella, y me pregunto. Yo le respondí que seguramente habría sido la costumbre, y en verdad lo fue.

Sonó un móvil, era el de mi novio, comenzó una conversación de monosílabos:

- Hola, si,... si.... ,si... si, si, a las once.

Corto la comunicación y dejo el móvil encima de la mesa, le había cambiado la cara por completo.

-¿Quien es? Pregunte yo.

-Carlos. Me respondió.


continuara...





1 comentario:

  1. Ostres Silvia !!! tot plegat es una mica extrany, no?.. vols dir que existeixen dones així??

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