A veces pienso que quienes dicen que el orgasmo simultáneo está sobrevaluado es porque nunca han tenido uno. Es más, ni siquiera uno a medias.
Y es que, a la hora de la hora, pocas expresiones son tan estimulantes como la famosa: “Vente conmigo”.
Especialmente si es en serio. Es decir, si los dos van o, más bien, si se vienen juntos.
Ay, las delicias del orgasmo simultáneo: una de las metas sexuales más anheladas y, al mismo tiempo, no tan fáciles de alcanzar.
Porque no es el clásico “Donde come uno, comen dos” o “You jump, I jump”… No, señor. Si hay un dicho que aquí aplica es el de: “Para bailar tango se necesitan dos”.
En el sexo también aplica la frase: “Para bailar tango se necesitan dos”.
Pero, ¿cómo se logra esta apoteosis? ¿Cómo llegar a ese detente instante durante el que uno siente lo propio y lo ajeno como una sola cosa, henchida y dilatada, corregida y aumentada, como si cobrara vida y palpitara como un corazón al que le nacen ventosas y tentáculos, se adhiere y se agita, se tensa y desamarra?
Hay posiciones favorables para que tanto mujer como hombre disfruten y se satisfagan durante el coito.
Por ejemplo, tanto la posición en cuatro como la de perrito permiten el goce mutuo: penetración profunda para el hombre y, para la mujer –además de esto– la posibilidad de acariciarse.
Por otra parte, las posturas cara a cara suelen facilitar no sólo la penetración vaginal sino que el clítoris sea estimulado por la base del pene. Esto puede ser durante el misionero, acostadosde lado o incluso de pie, uno frente a otro.
Sin embargo, la postura por excelencia en aras del orgasmo simultáneo es la llamada“Misionero explosivo” o “Técnica de alineación coital”. Aquí, él está encima de ella, con las piernas extendidas, pero juntas y ligeramente abiertas. La base del pene reposa en el Monte de Venus y frota el clítoris. El hombre eleva el pubis y lo empuja hacia delante: se dice que este vaivén aumenta tres veces las posibilidades de que la mujer alcance un orgasmo por penetración.
Existen posiciones que favorecen el orgasmo simultáneo.
Para Rudolf Von Urban, psicólogo austriaco, hay elementos que potencian el gozo recíproco en las relaciones sexuales:
• Preparación: muestras de afecto y atenciones mutuas.
• Posturas que permitan relajarse.
• Duración: calma y suavidad para que el hombre controle la eyaculación.
• Concentración: uno en otro y en lo que están haciendo.
• Relajación: física, mental y emocional.
• Frecuencia: coitos de nada más y nada menos que ¡30 minutos!
Aunque, claro está, las posiciones no son mágicas. La sincronía orgásmica entre hombre y mujer también depende de otros factores como la experiencia individual y/o la práctica como pareja, conocerse y acompañarse, persistir y lubricar, el baile y el oleaje, el coito como centro de gravedad…
¡A ensayar se ha dicho!
Total, si el sexo no garantiza el amor que por lo menos incluya un orgasmo simultáneo y, de preferencia, si va –¡y si se viene!– en serio, con todas sus letras y fases, de la excitación a la resolución, pasando por la meseta y el éxtasis. Que las pelvis se eleven, hundan y eleven, hundan y no te salgas todavía…
¡Vente conmigo!
Fuente: SEXO SIN CORBATA
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