sábado, 22 de febrero de 2014

"mi trabajo en el cine". enviado por petirrojo

por PETIRROJO

Me encantaría que me hicieras una visita sorpresa, que vinieses al cine donde trabajo, a la última sesión, que entrases a ver la película y que te sentases a disfrutar del buen cine que damos. Hay veces, sobre todo entre semana, que hay muy poca gente, incluso a veces una sola persona en toda una sala de 400 butacas. Este podría ser uno de esos días, un día tranquilo, un día propicio.
Yo entraría en la sala sigiloso, sin hacer ruido y me sentaría en la butaca de la fila de detrás de la tuya. Quieto, en silencio, aspiraría tu aroma, gozaría con tenerte cerca, con saber que me esperas, pero que piensas que hasta que no acaben todas las películas no voy a poder estar por ti.

Como digo, estaría en la fila detrás tuyas, viéndote, sintiéndote, deseándote... Después de gozar un poco esos momentos, de saber que por fin te tengo al alcance de la mano y no solo con palabras, alargaría la mano, con cuidado, despacio, para tocarte el pelo, esa preciosa melena que tienes. Tú ya me habrías visto por el rabillo del ojo y me dejarías hacer, como si no te dieras cuenta, como si no te enterases... Yo poco a poco me atrevería a más, enredaría mis manos entre tu pelo, buscaría tu cuello, acariciaría tus orejas... Acercaría mi boca, te daría besitos, tiernos, pequeños, en la nuca, en el cuello, te mordería los lóbulos con cariño...
Aquí ya empezaría a acelerarte tu respiración, tus pechos empezarían a subir y bajar, tus pezones se erizarían llamando a mis manos, a mi boca... Pero yo de momento seguiría detrás tuyo,  ahora susurrándote cosas calientes al oído, lo que me gustaría hacerte, lo que he soñado hacerte... Te contaría que ya en esos momentos tengo la polla dura, que desea entrarte por todos sitios, que su única misión en esta vida es darte placer y hacer que tengas infinitos orgasmos salvajes y duraderos...

Mis manos, ahora sí, empezarían a bajar por tu cuello, desabrochando algún que otro botón, para llegar a palpar tus pechos sin nada que los interrumpa, sin tapujos, sin telas intermedias, los masajearía con ganas, con placer, buscando darte gusto y viendo en tu cara que caricia, que pellizco, que momento es el que me dice lo que más te gustó, aquello que te da más placer. Te seguiría dando besos en el cuello, de vez en cuando se encontrarían nuestras bocas, nuestras lenguas, nuestros alientos... Y te diría que te quitases la bragas, que te metieses un dedito, que me lo dieses a oler, a chupar para tener tu sabor en mi boca, para no olvidar nunca tu gusto a hembra, a diosa...

Ya en este momento, ninguno de los dos podría más, te habrías olvidado de la película, ya no sabríamos si hay alguien más en la sala o estamos solos, el mundo se habría parado y poniéndome a tu lado, en tu fila, me sacarías la polla para masajearla arriba y abajo, mientras yo te meto mis dedos hasta el fondo, viendo lo mojada que estás, lo que nos deseamos ambos, las ganas locas que tenemos el uno del otro... Nos estaríamos un rato masturbando mutuamente, comiéndonos los morros, ya en el tercer asalto nuestras lenguas, sin soltarse, sin que sea una verdadera pelea... Te pediría que te la metieses toda en tu boca, que te la comieses entera, y casi antes de decírtelo ya la tendrías toda dentro, me la chuparías desde la raíz al capullo, desde los huevos que también te los meterías uno detrás de otro, hasta toda entera casi llegando al fondo de tu garganta... Yo, mientras tanto, y como estas casi echada encima mío, podría meterte mano por detrás, entrando un dedo en tu coño, o en tu culo, alternando un agujero y otro, calentándolos ambos, poniéndolos ardiendo, preparándolos para lo que ambos soñamos que ha de venir después...

Ya estaríamos los dos desesperados, deseando que te la clavase de una vez por todas, que te llenase tu concha con mi dura polla, y eso es lo que haríamos, en esa butaca de la penúltima fila, te sentarías encima mío, con la falda remangada, sin bragas, toda llena de jugos, te clavarías mi polla hasta el fondo, dejándote caer poco a poco, centímetro a centímetro, y te quedarías quieta, girando tu hermoso trasero en vaivén, para notar ambos como está hasta el fondo, para disfrutar intensamente de ese momento cumbre del placer, en que un hombre y una mujer que se desean ardientemente se han acoplado, se han hecho uno, y respiran acompasados, laten sus corazones al unísono, quietos, disfrutando con calma, sin prisas del acoplamiento.

Y poco a poco, empezarías a moverte, a hacer que mi polla entre y salga de ti, que busque tu fondo, que anhele quedarse a vivir en ti y no salir nunca de esas paredes que la oprimen, que la aprisionan, que buscan que deje allí todos sus jugos jugando con cada uno de sus poros, de sus paredes, ese juego en el que ambos, estaríamos encantados, sintiendo placer con cada segundo, con cada sacudida, con cada milímetro de nuestros cuerpos que se funde piel a piel... Y mis manos no querrían quedarse quietas, y buscarían desde esa posición debajo tuyo, buscarían tu clítoris, para tocarlos, para hincharlo, para masajearlo, para hacer que tu orgasmo sea bestial, para hacer que te corras conmigo dentro de una manera salvaje, para que no olvidases nunca ese polvo en un cine y no recordases nunca que película viste ese día...

Y ambos llegaríamos a la vez, de manera intensa, interminable, con nuestras bocas fundidas en una para no hacer ruido y que los que ven la película no se enteren de la otra película que ese día ha pasado en la sala... Si lo hubiesen sabido, seguro que les gusta más esa otra película... Pero esa era sola para nosotros, para ti y para mí, para nuestros cuerpos y sobre todo para nuestras mentes calientes...

1 comentario: