martes, 4 de junio de 2013

Para que te fies de los banqueros

Una tarde un famoso banquero iba en su limosina cuando vio a dos hombres a la orilla de la carretera comiendo césped. Preocupado, ordenó a su chofer detenerse y bajó a investigar.



Le preguntó a uno de ellos:

- ¿Por qué están comiéndose el césped?

- No tenemos dinero para comida. – dijo el pobre hombre – Por eso tenemos que comer césped.
- Bueno, entonces vengan a mi casa que yo los alimentaré – dijo el banquero.
- Gracias, pero tengo esposa y dos hijos conmigo. Están allí, debajo de aquél árbol.
- Que vengan también, – dijo nuevamente el banquero.


Volviéndose al otro pobre hombre le dijo:
- Ud. también puede venir.
El hombre, con una voz lastimosa dijo:
- Pero, Sr., yo también tengo esposa y seis hijos conmigo!
- Pues que vengan también. – respondió el banquero.


Entraron todos en el enorme y lujoso coche. Una vez en camino, uno de los hombres miró al banquero y le dijo:
- Sr., es usted muy bueno. Muchas gracias por llevarnos a todos!!!

El banquero le contestó: -¡Hombre, no tenga vergüenza, soy muy feliz de hacerlo!.
Les va a encantar mi casa….
¡El césped está como unos veinte centímetros de alto!.


Moraleja:
Cuando creas que un banquero te está ayudando, piénsalo dos veces.



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