domingo, 29 de diciembre de 2013

mi vecina Cecilia



Todo comenzó hace 7 años, cuando tenía 20.

En ese momento me encantaban las mujeres maduras. Yo vivía en un edificio multifamiliar y tenía una vecina que me volvía loco, buscaba cualquier excusa para verla o me la encontraba en los pasillos del edificio.

La obsesión era tal que sabia las horas de sus salidas y llegadas y siempre salía a su encuentro con un simple " Hola, ¿ cómo estás?" Yo me volvía loco nada mas de verla, era una mujer impresionante y a pesar de tener dos hijas estaba buenísima, todo lo tenía en su lugar y lo que más me gustaba era como se vestía, siempre andaba muy sexy, todo lo que se ponía lo combinaba con zapatos de tacón alto y eso me excitaba mucho ( aún me encantan esos zapatos). Solamente veía sus zapatos y se me paraba y eso era motivo de masturbarme con locura, imaginando que ella me violaba.

Un día en el edificio hicieron una reunión para rifar un puesto de estacionamiento para un coche y como en mi casa no podía ir nadie, fui yo. Esa noche estando en la reunión entro mi vecina, Cecilia.

Por supuesto ella se veía recién bañada, tenía el cabello mojado, un vestido negro pegado al cuerpo y por supuesto unos zapatos negros de tacón alto. Para mi suerte se iba a sentar al frente de mi. Comenzó todo el mundo a hablar y yo pendiente de que se sentara para ver si podía verle sus braguitas o algo, para hacerme una paja esa noche. 

Terminó de hablar con otra vecina y se sentó; al momento cerro las piernas bien y no pude ver nada y luego cruzo las piernas y tampoco, pero en ese momento ella noto que la miraba y me dio vergüenza, no podía verle la cara de la vergüenza  pero mis deseos eran mas grandes que mis penas y decidí seguir viendo, en el momento que le toco su número separo las piernas y se veía oscuro hacia adentro, imaginé que tenía ropa interior negra, pero al rato las volvió a cruzar y me miró, siguieron dando los números y cuando me tocó el mío lo agarré y gire a verla y mi sorpresa fue que estaba hablando con el vecino de al lado y tenía las piernas semi abiertas y logre ver que no tenía nada abajo se le veía el chochete y  me empalme  al instante, ella giró y me miro la cara. Me puse rojo como tomate… ella sonrió y comenzó a jugar con sus piernas para que yo la viera… eso me puso a mil y ella lo que hacía era poner cara de picara y seguir enseñándome todo. 




En lo que terminó la reunión se paro todo el mundo y yo estaba tan excitado que no me podía parar me quede sentado y ella se me acercó y me dijo en el oído que era un mirón y que le había encantado, que se imaginaba lo que yo iba a hacer esa noche. Me dio un besito en la mejilla y se fue.

Esa noche me masturbe con locura.

Esos días la veía pasar y ella se me acercaba y me daba un besito y me preguntaba cómo estaba y me pregunto que desde cuando la miraba y yo le dije que siempre porque era una mujer espectacular y que me encantaba verla, ella me dijo que el día de la fiesta se vestiría para mí. (a pocos días teníamos una fiesta en el edificio, en el salón de fiestas)




Llego el día y fui el primero en el salón: No quería perderme su entrada.
Yo estaba con mi familia (papá, mamá y hermano) y ella llegó con su esposo. Su entrada fue impactante, todo el mundo la vio, al entrar me miró seriamente y paso por el frente de nuestra mesa para que la viera y se pararon a saludar a mis padres y a nosotros , siguieron y se sentaron en la mesa de al lado y ella su ubicó donde yo la viera, tenía un vestido con un cierre en todo el medio, le llegaba a las rodillas y unos tacones altísimos todo era rojo, al sentarse metió las piernas debajo de la mesa y se giro para verme y sonrió como diciendo; hoy no podemos jugar.

Pero al pasar la noche entre tragos y música, se alboroto la fiesta y me atreví a sacarla a bailar, le pedí permiso a su esposo y el me dijo que no había problema, pues estaba un poco bebido y conversando con los de la asociación de vecinos.

Cecilia y yo nos fuimos a la pista a bailar. 

Yo, estaba en un sueño erotico y ella me dijo al oído que en un rato iba a comenzar el show, se acabo la canción y nos fuimos a sentar, la deje en su mesa y yo me fui a la mía. Vi como ella tomaba agua y a su marido le sirvió un brandy. Se lo entrego y su marido se retiro un poco  a seguir hablando con los mismos.

Ceciia se sentó como acalorada, recogió su vestido y puso las piernas hacia fuera de la mesa para darme el show. La luz del salón era mas tenue pero dejaba un ambiente cálido. 

Ella comenzó a enseñarme su braguitas rojas y yo estaba mas que emocionado. Mas tarde se paró y fue al baño, a su regreso se sentó igual pero en lo que abrió las piernas no tenía nada abajo y yo le veía su cosita y los tacones y me quería masturbar allí mismo ella se reía y comenzó a jugar con unos hielos se los chupaba y se los pasaba por su cuello. 




Al rato dejo caer una servilleta de papel hecha bolita. Tome mi mobil y con la luz de la pantallita vi que era una nota que decía: quiero verte el pene, sácatelo.

Estaba excitado pero mis dientes son mis dientes. 

Me preocupaba su esposo pero lo vi en el templete de los músicos, esta vez, leyendo unos papeles. Mi familia estaba conversando con otros invitados, lejos de la mesa. Los demás, a una distancia sana, bailando.

Con temor, tome mi pene y me lo saque. Vi que ella metió la mano debajo del vestido y comenzó a masturbarse, viéndome mi miembro bien parado, eso me encantó, me daba miedo que me vieran otros, pero estaba excitadísimo.



Parecía un sueño verla así pero era real. En cuestión de dos minutos o menos, acabé y ella comenzó a sonreírme, me limpie y guarde mi pene y ella se saco la mano de su cuquita, estaba enloquecido-

Se levanto y me sacó a bailar, era un merengue bien rico y comenzó a decirme al oído lo rico que había estado todo y que se moría de ganas que la violara en el medio de esa pista, ya que estaba muy caliente.

La fiesta estaba terminando y ya se había ido mucha gente, en mi mesa quedábamos solo mi hermano y yo. Termino el baile y acompañe a Cecilia al podio a entregársela a su marido.

Yo, regrese a mi mesa y no paso mucho tiempo cuando Cecilia y su esposo, pasaron por la mesa y se despidieron, ella me dijo en voz alta y delante de su marido, estamos pendientes bailas muy rico te felicito, sueña bonito. Al rato ya me iba y ella regreso la vi entrar y me senté, paso y me dijo que venia a buscar su chaqueta.

De regreso se acerco a la mesa y al oído me dio las gracias por la masturbada y me dijo que se iba a violar a su esposo porque estaba muy caliente que el la estaba esperando pero que se iba a imaginar que era yo y me pidió que me masturbara pensando en ella que me quedara tranquilo porque lo de esta noche no se quedaba así.
La acompañe a su auto y me dio un beso en la boca sin que nadie nos viera. 


Me fui y me masturbe pensando en ella en lo que me había calentado y en la imagen que tenia de sus piernas, cuca y zapatos de tacón que me matan.

A los pocos días en el estacionamiento vi al esposo de mi vecina arreglando el carro y me acerque para prestarle ayuda y aceptó porque solo no podía, me puso a agarrar unas piezas mientras el las ajustaba y allí estuve como 2 horas ayudándolo hasta que el carro encendió y me dio las gracias por mi ayuda y como estábamos perdidod de grasa saco una crema para quitar la grasa pero se la acabó y no alcanzo para mí, pero le dije que no importaba que yo iba a mi casa y ahí me bañaba, el me dijo que me iba a costar mucho quitármela con jabón y me pidió que subiera a su apartamento a buscar otro bote de crema, que le llamara  a Cecilia y se la pidiera que le dijera que estaba en su estudio, que la usara y se la trayera.

Me pidió también que le dijera a ella que iba a salir a probar el carro y luego lo iba a llevar a hacerle el lavado y engrase.

Subí en el ascensor y toque el timbre. Ella me abrió y me saludo con mucho cariño pero extrañada.

Estaba con un camisón y descalza pero bella como siempre, me preguntó:
-¿qué haces acá y así todo lleno de grasa?
Le comenté lo sucedido, le di su recado, me dijo:
- Pasa. Te busco la crema y no hagas mucho ruido porque mis niñas están dormidas. 

Entró hacia los cuartos y cerró las puertas donde dormian.
Salió y se me acercó diciéndome que iba a buscar las llaves del estudio ya que estaba cerrado.

Al rato salió con el mismo camisón pero con unos zapatos de tacón alto negros. Al verme la cara, sonrío y me dio un beso y me dijo que sabía que me encantaban esos zapatos y por eso se los puso para que me deleitara, me pidió que la siguiera al estudio, lo abrió y comenzó a buscar la crema hasta que la consiguió, comenzó a limpiarme y me pregunto si vi a su esposo salir con el carro, le dije que si, siguió limpiándome y yo no le quitaba la vista de sus piernas y de los tacones, me dijo te encantan mis tacones le dije que si y me beso con mucha pasión, me empujo contra el escritorio me bajo el short y comenzó a comerse mi miembro que estaba parado desde que salió con los tacones.




Uuuuuuuuuuuuyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy! Delicioso!!!!!!!!!!
Me quito del escritorio, jalo una silla y se sentó. Abrió las piernas y apoyo los tacones encima del escritorio.
¡ que vista tan rica ! 
Veía sus tacones, piernas y su hermosa cuquita.

Me dijo que se la mamara, que me iba a enseñar a hacerlo porque eso era lo mas rico del mundo, una buena mamada de coño.
Me agache y comencé a mamarle siguiendo sus instrucciones.Me pedía que le lamiera el clitoris y que le metiera tres dedos y se los moviera adentro de la vagina.

Eso estaba divino!!!

Sentí un jugo saliendo de su vagina. Ella me jalaba la cabeza y en su frenesí, también del pelo, como si quisiera dejarle calvo.
Se quito el camisón, sus tetas eran perfectas duritas y subí a chuparselas y le dije que eran bellísimas me contesto:

-Son operadas, mámalas. Me encanta.
Y mientras las mamas métemelo todo, dale mételo ya.

Abrí bien sus piernas y lo metí. Estaba caliente y húmeda. Comenzamos a gemir sin mucho ruido. Ella me mordía el cuello y me arañaba.

¡que placer!
Y decía: ¡cójeme y mirame los zapatos!
-¡ cójeme nene, cójeme!
-¡ sienteme tuya!
-¡ que rico tienes el pito!



De pronto me aparto y se bajo del escritorio, se puso de pie, se giró y se lo metí en su chochete que estaba hirviendo. Ella giraba y me besaba, yo le mordía la oreja y le chupaba su cuello y espalda mientras la penetraba.

Cuando me la estaba cogiendo, buscaba un angulo adecuado para verle los pies enfundados en sus zapatos de tacón. Me puse derecho para verle los tacones y esas piernas.

Con esos tacones me pusieron a mil. Le abrí las nalgas e inclinándola me pidió que me mojara un 1 dedo y se lo metiera poco a poco en su culito y siguiera cogiéndomela.

Comenzó a gritar y con la otra mano le tape la boca y me mordía, sentía que mis bolas iban a explotar, el culito estaba rico. Me pidió que se lo metiera por el culo que quería sentir mi leche en el culo y así lo hice. Me dolió un poco meterla la verga, pero era mi primer culo. (no sabia en ese entonces las técnicas del sexo anal)

¡Que delicia y lo mejor, lo estaba haciendo con la mujer de mis sueños!

Me decía:
-dame duro, nene, dame duro, reviéntame, hazme sentir mujer.
-Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii si rico rico rico, 

Supongo que por la excitación y los movimientos y mi nula experiencia en culos, mi pene entro nuevamente en su vagina. Entro con una facilidad sorprendente, pues Cecilia estaba prácticamente nadando en su jugo.
Sentí la diferencia entre la calidez de su vagina y lo apretado de su culo.

No sabía si acabar entre uno y otro, pues sus cavidades me proporcionaban inmenso placer. Pero, para un chico que nunca había tenido un culo a su disposición, la oferta era única.
La tome del pelo con fuerza. Ella volteo y me dijo:

-¡Métemela en el culo otra vez!
Entre en ella y en su cerrado culo con un poco de fuerza. Ella ayudo mucho recargando su orificio en mi pito. Puede decirse que se cogió sola.
Terminé dentro de su culo con un gemido ahogado.




Nos dimos un abrazo y me apuro para que me fuera que se iba a bañar y que podía llegar su esposo. Me dio la crema quita grasa y me pidió se la llevara cuando su marido no estuviera, que ella me avisaba.

Un mes pasó para volverla a ver. 

Ahí, comienza mi historia con Cecilia…..y cómo caí en la complicidad y juego de un matrimonio diferente. Y pensar que todo sucedió por mi afición a las zapatillas de tacon alto…un comentario mío respecto a mis fijaciones y un oído de un marido generoso….

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