A MIL POR UN ROCE
por SILVIA PONS
Por norma general el sexo suele ser un cúmulo de caricias. Contacto de piel y movimientos más o menos energéticos, es el poder mágico que tiene el erotismo.
Pero a mi me quedan en la memoria sexual aquellos gestos mínimos, que con solo un pequeño roce y gracias a la atmosfera, entorno y punto de encuentro que tienen esos momentos, que me ponen a mil.
Y que mejor combinación para el Dios Eros, que aquellas maniobras secretas y ocultas que tanto me gusta hacer por debajo de la mesa. Cuando mi pie descalzo deslizándose desde su pie hasta mas arriba, se combina con la cara de sorpresa primero y éxtasis segundo que pone, con el roce tan ligero y suave en su entrepierna, siempre me lleva esa situación a enloquecer más que cualquier noche de lujuria desenfrenada.
Me queda claro, que si no fuera de estos momentos y otros lo mas seguro es que no existiera este blog.
Vaya por Dios, recordar estos momentos me ponen a tope y encima estoy sola en casa ¿ducha fría? o ¿patito de goma?
Patito de goma, sin duda
ResponderEliminar