lunes, 18 de julio de 2016

VACACIONES EN MALLORCA VI


por MERCHE



Carlos era el jefe de mi novio. Un hombre de mediana edad, que vino de Argentina a probar fortuna, y lo consiguió. Al principio no congeniaban muy bien los dos, pero seis meses antes la cosa cambió, fue Carlos el que nos aconsejó este destino para nuestras vacaciones.

- Viene mañana a las once, y tengo que ir a recibirlo al aeropuerto. Siguió comentándome Juan

Cogió el móvil otra vez y pulso una tecla y llevándose este al oído le oí decir

:- Ramón. Mañana no puedo ir al viaje para ver la isla....

Me miró y me preguntó:

- Dice Ramón que si te apetece ir a ti sola.

Yo me quede pensativa valorando la situación, por un lado Juan con su Jefe, me quedaría sola toda la mañana, por el otro un viaje con Ramón, me vino su tremenda polla a la mente y respondí que si. Sabia que algo se tenia entre manos y me entro un poco de curiosidad.

Juan dejó el móvil encima de la mesa y rápidamente lo atrape, fui directamente a la guía, estaban casi todos los teléfonos de los que me habían follado, y le pedí una explicación a Juan.

- No hay ningún problema ellos tienen el mio también. Por si nos surge algún inconveniente en la isla, seguro que cuando nos vallamos de aquí no los volvemos a ver en la vida.

Me sentí un poco rara, no sabia como cogerlo aquello. Seguimos con la cena y después nos fuimos a dormir, Juan estaba muy nervioso con lo de su jefe y no le apetecía. Por más que me insinué al cabo de quince minutos estaba durmiendo. Todavía era temprano, no eran nada mas que las once, me asome a la terraza, la verbena estaba en todo su apogeo, mire hacia el otro lado y efectivamente la tienda de ropa donde había estado se veía desde allí, cerrada ya por cierto, en la otra acera el local donde me dijeron que iban a estar los amigos de Javi.


Estuve dudando unos minutos pero al mirar a Juan durmiendo me decidí a bajar, caminando por la calle despacio estuve dudando si entraba allí o no.

Al final entre, era un karaoke, poco iluminado, seguramente para que los clientes vieran mejor las pantallas, a la izquierda un billar, y frente a mi la barra, estaba prácticamente vacío, pensé que seria por la hora, parecía ser muy temprano. Solo dos personas en la barra que no distinguía dedo mi posición. Avance lentamente, no por miedo sino por la poca iluminación que había, al llegar a la barra vi que eran los dos de antes seguramente habían escogido ese local a propósito sabiendo que estaba vacío.

José y Antonio. Me preguntaron por Juan yo lo excuse diciendo que estaba muy cansado y se había quedado dormido, se echaron a reír no se si por lo que dije de Juan o por mi osadía de presentarme sin  él. Ellos ya estaban tomando así que me preguntaron que quería beber, crema de wiski conteste, me encanta ese licor. Al momento el camarero puso un vaso alto en la barra y José le indico con el pulgar hacia arriba, lo lleno.

-El primero de un trago que te llevamos mucha ventaja. Me dijo José.

Me eche a reír pero me lo tome como una  apuesta, de todas formas entra muy suave. Cuando deje el vaso en la barra le falto tiempo al camarero para llenarlo otra vez.

Sacaron la conversación de la tarde en la playa, me preguntaron quien eran los mirones, yo cada vez que hablaba de aquello me calentaba un poco mas y tenia que tomar un trago para continuar, en dos minutos ya había apurado el vaso que se volvió a llenar como por arte de magia, comprobé con sus preguntas que lo habían visto todo, pero todo todo. Empezaron después los a lagos, que si estaba muy buena, ya estaba yo algo contenta por la bebida y se dieron cuenta. Un brindis por nosotros, otro por mi marido el vaso desapareció en un instante y José ya me acariciaba las piernas con disimulo, era el que me la metió en el parque, pero al comprobar que llevaba bragas se paro y me dijo:

-¡Quitatelas!

Hasta el camarero se quedo mirando, no lo dijo en voz baja precisamente. Yo me disponía a irme al servicio pero me lo impidió, me cogió de la mano  y me dijo que allí mismo señalando a un pequeño espacio dedicado a los clientes que  quisieran cantar.





Estaba desinhibida, entre el calentón de recordar aquellas escenas en la playa y el alcohol que llevaba dentro , incluso me pareció excitante , la luz de la pantalla encendida iluminaba bien aquella zona , pero me impedía desde allí ver lo que mis amigos estaban haciendo, estaba como aislada, hasta que mis ojos se acostumbraron no pude distinguir bien. Comencé a bailar despacio, no lo había hecho nunca pero si lo había visto por la televisión.  Me desabroche la camisa lentamente un botón tras otro par terminar deshaciendo el nudo moviendo las caderas al mismo tiempo, la luz de proyector me deslumbraba algunos momentos, seguí desabotonándome la falda que cayo al suelo sin previo aviso, entonces vi que el camarero lo estaba grabando, una pequeña luz roja lo delataba, me preocupo solo unos segundos, demasiada excitación y demasiado alcohol quizás, no me detuve  me di la vuelta y me quite las braguitas dando la mejor vista de mi culo al agacharme, sin pararme jugué un poco con ellas pasándomelas por entre las piernas, cuando me di la vuelta allí estaban los tres,  mis dos amigos y el camarero que había cambiado su posición , se había acercado para tener mejor ángulo y no perderse  detalle, no era cuestión de parar ,así que me quite la camisa  y ofrecí el sujetador a José para que procediera a desabrocharlo, lo hizo inmediatamente dejando mis pechos libres para moverlos. Se acercó a mí, y mientras me acariciaba el coño suavemente me dijo en voz alta:

-Te dije esta mañana que me gustaban rapaditos.


 Agarro mi vello púbico y me dio un tirón que arranco de mi un grito, yo le dije que no hiciera eso que me hacia daño y entonces volvió a hacérmelo dándome una palmada en el trasero, le sujete la mano , fue un acto reflejo que lo enfureció y quitándose el cinturón del pantalón le dijo a Antonio que me sujetara, lo hizo sentándose en una silla y me coloco boca abajo encima de sus rodillas  ,quedando mi culo en posición de recibir una reprimenda, cuatro golpes con la cinturón bastaron para que dejara de forcejear y Antonio siguió con la mano, cada golpe un grito, cada grito parecía un resorte que hacia levantar  el bulto de su entrepierna, el camarero parecía estar obsesionado con mi cara cada vez que gritaba, un primer plano. Esto continuo hasta que empezó  a untarme  lubricante por todo mi ano y todo mi coño pero la postura sugería la penetración anal, era evidente. Me di cuenta entonces que el camarero seguía grabándolo todo. Pronto el dolor de loa azotes se convirtió en placer, me estaba repartiendo todo el lubricante hasta por dentro ayudándose de dos dedos, en un momento pase de los gritos de dolor a los gritos de placer, estaba preparada y deseosa y con todo mi trasero enrojecido.

 Me levanto José y me indico que me apoyara en una mesa, comencé a andar para la mesa mientras el camarero me seguía, no se perdía detalle para el video, me tumbe boca abajo, pensé que lo querrían así, pero me equivoque, José me dijo que me diera la vuelta:

-Así se vera mejor tu cara de zorra y como chupas mi polla.

Lo dijo en voz alta, creo que para que quedara constancia en el video. Antonio andaba ya hurgando en mi interior con tres dedos por lo menos. Creo que se me pusieron los ojos en blanco de tanto placer, pero aun sentía un poco de miedo, podría pasar alguien al local en cualquier momento.

José se la saco en aquel momento y la dirigió hacia mi boca,  yo me resistí,  me cogió del pelo con fuerza y abrió mi boca con la otra mano, no pude impedir que entrara, no quería chupársela, sabia que aunque había tres hombres allí conmigo me podría quedar a medias, ya me había pasado, pero era lo que él quería en ese momento. Empezó a moverme la cabeza con fuerza mientras el camarero se posicionaba muy cerca para grabarlo todo. Puse las manos para impedir que entrada toda, no quisiera que se corriera en mi boca, no quería que terminara, lo necesitaba en otro sitio, pero él lo interpreto de otra forma, como si me resistiera, esto lo puso más bravo aun.


Me saco su polla de la boca y girándome la cabeza le dijo al camarero:

-¡Grábale bien esa boca de zorra, quiero que se vea!

Me fije entonces que el camarero ya se la había sacado y José  que me tenía cogida por el pelo me empujo la cabeza hasta que me  puso en posición para que el camarero  me la introdujera.

Antonio ya estaba preparado para metérmela por el coño pero me dio antes un tirón en el vello que no me había rapado, un ligero dolor antes de un inmenso placer. José siguió masturbándose  mientras yo chupaba aquella polla que no paraba de moverse dentro de mi boca, note como Antonio la metía dentro de mí sin preámbulos.


 Sin remedio todo se aceleró, José eyaculo sobre mis pechos y el camarero no aguanto mucho mas, Antonio cuando mejor lo estaba pasando la saco para correrse encima de mi también, estaba completamente rociada de semen, pero como me temía no conseguí saciarme, demasiado rápido todo. Aunque parece que fue algo violento , no fue así, fue mas bien pasión desenfrenada , una  perdida de control ocasionada por el deseo que se podía respirar y casi tocar, un juego de placer y perversión sin límites, no había código de conducta, las barrera  entre lo bueno y lo malo caía en un solo momento dependiendo de la situación.

 Me incorpore para ir al lavabo pero José me dio mi camisa para que me limpiara y me dijo:

-Si vas a ser nuestra  puta, tendrás que ir vestida como una puta.

Me calenté más con esos insultos, más de lo que estaba todavía, era otra forma de ver la excitación que causaba mi cuerpo.

Limpie todo mi cuerpo con la camisa blanca que llevaba, creía que me tenían ropa preparada, pero no, la idea era que me vistiera con ella, me puse la falda y la camisa toda manchada de semen, estaba húmeda y pegajosa, mire a José y le pregunte:

-¿No esperaras que vaya así?

Y el respondió medio riendo:

-No faltan algunos retoques todavía.

Continuo con la preparación desabrochándome cuatro botones de la camisa,  que por cierto estaba bastante arrugada y con la humedad que tenia se hacia mas transparente de lo que era, dejando notar mis pezones que estaban de punta todavía. Prosiguió con la falda doblándome la cinturilla, ya de por si  era demasiado corta ahora con esta maniobras mas todavía. Les pedí  que me dejaran ir al lavabo para mirarme, pero se opusieron y nos dispusimos a abandonar el local, no advertía de aquella manera la imagen que daba pues ni siquiera me dejaron colocarme el pelo.


Al acercarnos hasta la salida el camarero saco una llave,  comprendí  que había estado cerrada todo el tiempo, no fue suerte que no entrara nadie, no vi cuando la cerró el camarero pero comprendí que era día de descanso de aquel local.

La calle estaba bien iluminada y yo no sabia como iba, hasta que enfrente, en la tienda de ropa me vi en el escaparate reflejada, un escote tremendo, no era lo que mas me preocupaba, la faldita dejaba ver parte de mi trasero me pare y se lo comente a José que me respondió, dándome un leve azote con su mano en mi trasero:

-Esa es la idea pequeña putita.

Me di cuenta entonces que nos dirigíamos a la verbena del hotel que estaba al lado del nuestro, eche una mirada  a la terraza de la habitación la luz estaba apagada, me tranquilizo un poco no se porque, bueno, por lo menos no era la verbena de nuestro hotel.

Llegamos a la verbena, no sabia como pasar entre la gente, seguramente mas de la mitad de los que había allí me había visto en la playa, me di cuenta enseguida que la mas joven era yo, los jóvenes se habían ido  a la playa del Arenal, esta cala era mas relajada, me lo comento José después .

Me hicieron abrir camino, pensé en ponerme lo  mas alejado posible de la pista de baile,  no me dejaron, tuvo que ser al lado de esta y mirando hacia la  gente, ya al pasar se volvieron varios a mirarme el medio trasero que se me  veía, no era difícil darse cuenta, el escote exagerado de la camisa medio mojada delataban mis pechos sueltos entre las luces de aquella pista. Al sentarme sentí el contacto de la silla pues era tan corta la falda que ni siquiera  se interpuso entre mi culo y ella, José se sentó a mi izquierda mientras Antonio retiraba la mesa a un lado para irse después  a por unas copas a la barra. El camarero apago su cámara, había estado grabando mi entrada triunfal en aquella verbena.

Entonces caí en la cuenta, era el hotel de los cuatro viejitos, solo era cuestión de tiempo que aparecieran por allí, mientras tanto ya llegaba Antonio con la bebida, como antes un vaso de crema de wiski lleno hasta el borde. No dio tiempo a calentarse José me indico que me lo bebiera rápidamente, acto seguido metió su pierna derecha por debajo  de la mía  y doblándola poniendo el pie en el suelo mi pierna quedo encima de la suya, vi como poco a poco me las iba abriendo, colocando después su mano derecha entre ellas, en la abertura que iba creando. En segundos llego a mi coño. Yo no sabia que hacer si le quitaba la mano se vería todo, si por el contrario la dejaba seguro perdería el control.

No hubo tiempo para decidir, ya estaba teniendo el primer orgasmo, solo me deje hacer, pero de pronto vi a los cuatro viejitos  como se acercaban para saludar, mi postura no era precisamente la mas cómoda para  devolver el saludo. La escena aquella quedo un poco rara, con la pierna izquierda encima de la pierna derecha de José  que tenia la mano metida en mi entrepierna y yo tirando de la falda para intentar tapar lo que era evidente. José me quito la mano y me animo a bailar con ellos, el camarero ya estaba manejando la videocámara, seria grabado todo de nuevo.

Me tendió la mano el mismo que tuve  en mi coño  aquella tarde, me levante y solo nos separaba de la pista un par de pasos. No era un buen bailarín, apenas seguía el ritmo de la música,  pero eso si se pegaba bastante, yo tampoco estaba muy despejada, el alcohol estaba haciendo mella en mi, pero estaba caliente José había sabido mantenerme así con su mano.

 El viejo  empezó  a  preguntar, entre chistes y comentarios sobre mi vestimenta, yo no le mentí, no había motivo alguno.

Mi descripción de lo que había pasado en esa noche  se tradujo en un abultamiento de su miembro junto con un desplazamiento de su mano hacia el final de mi falda, tampoco es que tuviera que mover mucho la mano.

Después de  unos minutos vi como los amigos de mi acompañante se iban hacia la barra, momento que aprovecho este para invitarme a dar un paseo por la playa,  entre tanta excitación y la huella que estaba dejando tanto alcohol decidí tomar un poco la brisa del mar, pensé que me espabilaría un poco, acepte por supuesto, creí que me quitaría unos cuantos ojos de encima.

 Apenas salimos de la terraza, vi que aquella playa por la noche estaba perfectamente iluminada, no es que  pareciera de día pero si se distinguían bien los cuerpos, unos potentes focos  proyectaban claridad desde el interior. Avanzamos hasta el  agua claro que yo me quite los zapatos de tacón era imposible caminar por la arena con ellos, dándoselos a mi acompañante, la sensación de mis pies sobre la arena me gusto y me senté en ella tumbándome hacia atrás, comprobé que estaba húmeda,  era agradable.

Aquella  postura  indefensa con mis piernas y brazos abiertos  calentó el ambiente, yo notaba como procedía a quitarme el envoltorio como si de un caramelo se tratara,  me desabotono la falda y la camisa, no me importo, estaba como en el cielo, no me importaba nada en ese momento.

De pronto note  algo en mi coño, se había acomodado entre mis piernas y de rodillas me estaba acariciando con su lengua, solo tenia que dejarme hacer, sabia como hacerlo, todo estaba perfecto. Hasta que vi una luz, era la pequeña antorcha de la cámara de video, era lógico que no me dejaran marchar así como así.

No duro mucho esa posición cuando el camarero termino de filmarme bien , José me dio la vuelta dejándome a cuatro patas mi falda quedo en la arena y mi camisa colgaba de mi cuerpo totalmente desabrochada , ofreciendo mi trasero desnudo al viejo que había lubricado bien mi sexo, no tuvo que moverse mucho pero si le costó penetrarme por detrás. Me dolió un poco al principio, pero estaba dispuesta a saciar el hambre de una vez por todas.

Lo demás  se ancaron de rodillas en la arena , mostrándome un panorama excitante con sus miembros  al aire y tapando  la visión que desde la terraza pudiera haber, por supuesto no tarde en empezar a saborear , parecía mentira , estaban preparados otra vez. Sin dejar de acariciarme todo mi cuerpo, el viejo término dejando parte al siguiente y ocupando su lugar para tapar el espectáculo, con mi coño lleno de semen el siguiente se encargo de mi coño. No había forma de parar d correrme, tampoco me dejaban mucho tiempo para reaccionar. Uno tras otro fueron vaciando dentro de mi su néctar y así quede exhausta unos minutos en la arena para poder recuperarme, me temblaba todo el cuerpo.

Ya después de unos minutos, allí tendida José tuvo la amabilidad de acompañarme a la puerta del hotel, bien arreglada y con la ropa en su sitio pero con el pelo lleno de arena y la camisa totalmente sucia.


 Subí despacio hasta la habitación Juan dormía placenteramente y mire al reloj, solo habían pasado tres horas y casi no me lo creía, me pareció poco tiempo para tanto ajetreo.

continuara...

No hay comentarios:

Publicar un comentario