lunes, 24 de febrero de 2014

JUEGOS EROTICOS.- I

EL MASAJE
por SILVIA PONS

La verdad es que no estaba muy convencida mas bien estaba con desánimo, pero gracias a sus buenas intenciones para ayudarme a relajarme, me convenció, por lo que me preparé para recibir un buen masaje.

Sus manos mas suaves que nunca las sentí en mi espalda, notaba claramente la presión de sus dedos, el tacto que sentía era algo distinto a otras veces, nuevo, intenso, apaciguador. Todas esas sensaciones me llevaban lentamente a sentirme relajada por completo gracias a sus caricias.


Tuvo hasta el detalle de poner música hindú en formato chill-out, que sabe que me gusta mucho, el ambiente musical mas unas cuantas velas encendidas, la penumbra del comedor (por desgracia no tengo chimenea), todo preparado cuidadosamente para la ocasión. Toda la puesta en escena mas sus mimos y masajes envolvieron la estancia de manera magistral.

Yo que estaba desnuda por completo y tirada en el suelo, sobre aquellos acolchados cojines que compramos en IKEA, escuché como en sueños que me pedía que pusiera la mente en blanco y me dejara llevar, como si eso fuera muy difícil. En su momento ya estaba rendida por lo que le resultó fácil  que me sintiera como si flotara encima de una nube, dejándome levitar por ese ambiente y por el adorable tratamiento que sus dedos daban a mi espalda.



El todo lo hizo sin prisas se notaba que se lo había preparado minuciosamente, el sabe que a mi me gusta que todo se haga asi, ¿y porque no un masaje?. Lo tenía todo hasta un aceite especial relajante que compramos en FirEmocions , lo notaba frio y como se deslizaba por mis hombros, pero gracias a sus manos, sus dedos y su piel, iba cogiendo la temperatura ideal. El masaje, el olro, la música y la luz tenue seguían relajando aún más mi mente y mi cuerpo.

No se dejo ningún rincón de mi piel sin acariciar por sus suaves manos: mi cuello, mis hombros, mi estomago, mis caderas, mis muslos, mis pechos. Sus manos y dedos subiendo y bajando armoniosamente, me estaban llevando a una descarga total de la tensión de mi cuerpo, acumulada desde hacia tiempo.



No hubo sexo, no... y creerme que no hizo falta durante esa media hora que duro la sesión, consiguió el propósito una vez mas de seducirme y son... , para después desnudos seguir jugando con miradas tiernas y sonrisas cómplices.

El ya sabe que estoy a su disposición cuando quiera, aunque creo que la próxima sesión seré yo la que lo organice para el. ¿acabaremos teniendo sexo?


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