Estaréis de acuerdo que la ciencia ha pasado años tratando de investigar lo que las mujeres quieren. Es un verdadero enigma: muchos hombres no alcanzan a develarlo ni aun habiendo pasado por varias manos femeninas a lo largo de sus vidas.
Entonces creo que no existe misterio sino más bien señores sin ninguna empatía, aun así a estas alturas queda claro que tener el abdominal como tabla o la billetera llena no alcanza para contentar a una chica de hoy.
Los Estados unidos y el Reino Unido ya tienen empresas de gigolos dedicadas exclusivamente a complacer las fantasías de las mujeres. Existe en este mundo virtual una perla para ilustrar la tendencia: se llama ManServants, uno de los negocios más prometedores que consiste en una flota de señores bien parecidos y dispuestos a cumplir por la modesta suma de 80 dólares la hora (ay, un poco carillo para mi!) órdenes y caprichos de toda clase, salvo, claro, el sexo.
Mi amigo Marcello me ha recordado que en Nueva York ya funcionaba “Rent a Gent”, un servicio parecido pero más completo que el anterior ya que además de escorts capaces de acompañarte al teatro y llenarte la copa de champagne, éstos hasta se ofrecen para lavar los platos o sacarte a pasear tu precioso chucho…
Bueno…creo que en mi cartera de amigos de Silvia Pons tengo algunos que se apuntarían
A hacer estas cositas incluso…hummmm!!! gratis… si los complacería a cambio, jejeje!))))
Considerando que las fantasías de cualquier ser humano son insondables, los empresarios (han de ser hombres, claro que si!!!) parten de un principio un poco prosaico (y cómodo) para trazar la oferta de servicios: todas queremos ser tratadas como reinas. Visto así parece que lo que buscamos es bastante elemental, y lo es, qué duda cabe. Por eso, mientras el musculoso me abanica y me pasa el plumero, sigo alimentando mi más cara fantasía: encontrar un hombre al que admirar….
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