sábado, 24 de octubre de 2015

divorciadas o casadas? II

Divorciadas o casadas? (II)
por "lo jove lleidatá"

Las divorciadas son mejores. Seguro? Yo lo tenia claro, hasta que conocí a Rosa. Rosa fue mi agente inmobiliaria. Que bien queda esto, os lo explico mejor. Después de terminar mis estudios, con 24 añitos y ya con trabajo decidí independizarme. Contacté con una inmobiliaria de la ciudad, por aquel entonces no muy conocida. Llamé por teléfono y al número que referenciaba un piso. Al otro lado me contestó una voz ronca de hombre. - Si? - sin muchas ganas de atender
- Llamaba por el piso del anuncio en el periódico, el de la calle XXXXXXX -
- Chico si no me das mas datos, yo no me sé todos los pisos que hay en el periódico - me quede un poco extrañado de la contestación
- Bueno, da igual porque estoy buscando un piso por el centro por unos 600€ -
- Mira chico, por eso no alquilaras nada y nosotros no alquilamos a niñatos. Adeu. - y me colgó
Me quedé estupefacto. Se me quitaron las ganas de buscar piso por aquel día. Pero al rato, un poco más tarde, recuerdo que era ya tarde fuera de horario comercial, sonó mi teléfono. - Hola mira, perdona, has llamado antes a la inmobiliaria YYYYYYYY - dijo una voz de mujer muy sensual
- Si, pero se me han pasado las ganas de buscar piso, y más con vuestra inmobiliaria -
- Mira, perdonanos, te ha contestado mi marido que no se dedica a los temas comerciales. Yo soy Rosa y si quieres podemos mirarte algo. Habías dicho que por el centro verdad?
- Bueno, no sé... - dudé de si creerla
- Mira, que edad tienes? - preguntó
- Tengo 24, pero tengo nomina y avales -
- Bueno, perfecto, mira podemos quedar mañana y te puedo enseñar unos estudios que tenemos, que te parece? - su voz era muy sexy, así que acepté
- Vale, salgo de trabajar a las 6 -
- Muy bien. Quedamos a las 6 en el bar Roma, te va bien?
- Ok.
Al día siguiente me presente en el bar. No me costó mucho identificarla. Una mujer rubia (teñida), no muy alta. Un poco regordita, pero iba vestida en un traje chaqueta con falda que la hacia una autentica ejecutiva. Llevaba unos tacones muy altos, y joyería de señora. Me presenté y me invitó a un café.
Me pidió disculpas por su marido, parecía que no era la primera vez que le hacia algo así. El era empresario y le había montado la inmobiliaria a ella. Desde hacia un año, las empresas no le iban bien, y ella había conseguido que la inmobiliaria funcionara sola. Había conseguido tener una red de hasta 7 comerciales. Cuando su marido vio que sus empresas iban a pique, las malavendió, obligó a Rosa a echar a los trabajadores y ahora él cobraba el salario de los 7. - Voy loca perdida, y el solo hace que molestar - me explicó mientras íbamos de camino al primer piso
Era una mujer muy simpática. Me dijo que tenia 48 años. Le dije que no los aparentaba. Coquetee con ella, ella se dejaba.
Yo no disimulaba, en el segundo piso que vimos, el ascensor era estrecho y me pegue todo lo que pude a ella. La buscaba con algunos toques "fortuitos", le pedía perdón y sonreía. Al quinto piso le dije: - Veo que empiezas por los peores para enseñarme el bueno al final - le dije medio en cachondeo
- Para el final dejo la guinda del pastel - y me guiñó el ojo
- Ninguno de los que me has enseñado me ha gustado - seguía con la broma
- Tienes razón, ninguno era el perfecto para llevarte a los ligues - decía riendo
- Claro, tienes que enseñarme uno donde tu irías a follar - y se hizo un poco el silencio.
Habíamos congeniado, pero me la había jugado, igual me había pasado siendo tan explícito. - Haber empezado por ahí. Vamos en mi coche, queda un poco lejos -
Fuimos a su coche, un Porshce Cayenne. En el coche siguió la conversa: - Seguro que ligas mucho, eres guapo - dijo ya sin tanta broma
- Esa es una pregunta comprometida, diga lo que diga quedaría mal -
- No era una pregunta, simplemente se nota -
- Tu eres muy atractiva también, tu marido tiene suerte - dije provocando
- Ese? Ese no sabe lo que tiene. No me toca desde... bah ni me acuerdo - dijo con un poco de ira
- Pues yo no te sacaría las manos de encima - tenté la suerte del todo, pero me quedé sin respuesta

Llegamos al sitio. Pisos de semi-lujo, muy nuevos. Subimos al ascensor y me pegue a ella. - No me puedo pagar esto - dije serio
- Has dicho un sitio donde yo follaría, no que tu pudieras pagar - contestó manteniendo la mirada
Me abalancé y la besé. No se resistió... dejo que le metiera la lengua... Paré, y vi como se avergonzaba. - Perdona, hace mucho que no hago esto... no debería... estoy...
- Yo no diré nada - dije cómplice
- Pero eres tan joven... - no dejé que terminara y la volví a besar
Llegamos al piso, no recuerdo ni como era. La cogí de la mano y busque la habitación principal. Me quede en la puerta de la habitación y la volví a besar. Cogí su bolso y lo tire hacia adentro. Le quité la chaqueta y la deje solo con la blusa. Ella se fue hacia la cama. No se cual de los dos estaba mas cachondo. Se sacó los zapatos y como una perrita ando por encima de la cama.
La agarre por un tobillo y estire de ella provocando que quedara estirada. Le abrí la falda y deje a la vista su culo, adornado con un tanga de hilo negro. Se dio la vuelta y me dijo: - Quiero hacer algo que nunca he hecho con mi marido. - yo sonreí.
- Y que es? - pregunte intrigado todavía con la sonrisa en la boca.
- Que me folles el culo. - Dijo desviando la sonrisa medio avergonzada.
Yo ni respondí, simplemente le volví a dar la vuelta, ahora sin la falda, pero todavía con el tanga. Estaba inmóvil, estirada encima de la cama. Suavemente con mis manos, le hice levantar las caderas, volviendo a la posición de perrita. Esta vez, solo le cubría la zona un fino tanga, que apenas podía contener su coño.
Se lo fui bajando, poco a poco, dejando a la vista su culo en todo su esplendor. A medida que iba bajando, mi boca se hacia agua. Ella permanecía quieta, como una perrita en celo. Todavía estaba con la blusa puesta, inmóvil atenta a mis movimientos.
Deje el tanga a la altura de sus rodillas, que en la posición que estaba significaba en el tope que hacia la cama. Imaginaros: ella a 4 patas, con el culo en pompa y yo detrás, relamiendome mirándola bien, decidiendo por donde iba a empezar.
Y me decidí por empezar a comerle el coño. Ella no se lo esperaba, pero yo me moría de ganas. Me encanta esta postura, hundir mi cara en el espacio que dejan las dos piernas. Metí la boca y encontré su coño súper rasurado. Intenté abarcar lo máximo con mi boca, atrapar sus labios superiores, pero estaba tan cachonda que se desmoronaron en mi boca. Solo pude atrapar un labio superior y uno inferior, pero de repente su flujo inundó mi boca. Me encantó. Ella se estremeció.
Salí a coger aire. Ya tenia mi cara llena de su flujo. Me encantaba, así que no tarde en meterme de nuevo. Fui directo a la vagina, en busca de la fuente de flujo, y encontré lo que buscaba. Agarre todo el que pude con la lengua, y al mezclarse con mi saliva me inundó la boca de su sabor. El resto, lo repartí a lo largo de sus labios, lubricándolo bien.
Respire de nuevo, y luego volví a la carga. Ahora con la lengua a fuera y en busca de su vagina. La penetre con mi lengua, y ella gritó. - Te gusta? - dije cogiendo un respiro
- Mmmmmmm. Si. - contestó sin moverse
Lo interpreté como que quería que continuara. Y continué. Os confieso que me encanta esta posición. Meter mi cara entre sus nalgas a 4 patas. Poniendo las manos encima de su cadera, como si bebiera de una fuente. Una cosa que me encanta de esta postura es la capacidad de hacer lo que quiera por ahí.
Así que me fui para su ano. Ella no lo esperaba, pero le dejé una gota de saliva enorme en el ano. Intentó cerrar el culo, y la gota se quedó entre sus nalgas. Así que le di una palmada, y le dije que se quedara quieta. Su ano era rosadito. Lo había depilado a conciencia. Me excitó mucho pensar que nadie había penetrado ese culo, tal vez ni ella. Así que volví a meter un gotarrón de saliva. Ahora mas abundante, y a la vez le separe las nalgas.
Dejé que la gota bajara, en dirección a su coño, y cuando ya estaba a punto de caer a la cama, recorrí el camino inverso que había hecho la gota con mi lengua. Al llegar de nuevo a su ano, repetí la operación. Tuve que aguantarla para que no intentar moverse. Un gotarrón mayor volvió a caer. En esta ocasión ella no se movió, pero mis ansias hicieron que le abriera incluso más el culo.
Me pareció un espectáculo, ver ese culo cincuentón todavía virgen, cerradito y palpitante. Me recordó a un cráter lunar, desierto y todavía por descubrir. Sin vacilar repetí la operación, pero ahora en lugar de levantar la lengua antes de llegar a su ano, lo travesé con una lamida. Su reacción fue la de apartar el culo, pero la agarre de las caderas y la hice venir hacia mi.
Volví a atravesar su ano con una lamida, esta vez mas intensa. Ya no trató de apartarse, y acto seguido, con mis labios besé ese culito. No era ni soy ningún experto en sexo anal, pero me di cuenta de que eso iba a costar. Estaba nerviosa, y su culo estaba cerrado a cal y canto.
Volví a lamer el culito, ahora con mas delicadeza con la intención de que relajara un poco. Para despistarla, con mi mano derecha fui en busca de su coño. Le acaricié un poco el clítoris mientras con mi lengua seguía peinando su culito arriba y abajo. La situación, parecía gustarle ya que estaba húmeda y cachonda. No pude evitar penetrarle la vagina con un dedo. Noté como le gustaba notar mi dedo penetrándola al instante, modificó un poco su posición para recibirlo. Metí un segundo, y ella balanceó todo su cuerpo para incorporarlo hasta el fondo.
Yo seguía con mi boca en su culo, lamiendo y besando. También note como relajaba, y ya se abría un pequeño agujero en el mismo momento que mi lengua trabajó para expandirlo. Vi en camino a seguir, y metí un tercer dedo en su vagina. Ahora el vaivén era constante, la masturbaba vía vaginal, mientras apretaba mi cara contra su culo. - Es una lastima que no te hayas traído un consolador - dije mientras apartaba un poco la cara - Ummmmmmm - tan solo acertó a decir, mientras con una mano fue en busca de su bolso que había quedado al lado de la cama Rebuscó y saco un bote de desodorante y me lo alcanzó. Paré, atónito de lo rápido que había hecho la asociación de ideas. No pude más que pensar que no era la primera vez que ese objeto se hacia servir para esos propósitos. Miré el desodorante y vi que el tapón era de rosca, con la punta redondeada. El tamaño me pareció un poco grande, serian unos 15cm pero bastante ancho. Mientras lo observaba, ella me miraba a mi. Cruzamos la mirada y ella asintió. Así que no dudé, y se lo metí. Costó un poco, pero una vez lubricado con sus flujos entro suavemente con un pequeño jadeo por su parte. Yo volví a lo mio, que era su culo. Fue una agradable sorpresa detectar que durante el inpas su ano se había relajado por completo. Era como si al recibir los invitados por la puerta de adelante, se hubiera dejado la trasera abierta. Y eso lo iba a aprovechar. Lamí un poco, y empecé a follarle el culo con mi lengua. Ella lo notó y se relajó del todo. Con su mano tocó mi mano, que sostenía el improvisado consolador dejándome a entender que ella se ocupaba de los invitados y que yo me encargara de la fiesta de atrás. Así lo hice.
Aquel cráter lunar estaba listo para el alunamiento. Previamente indagué con mi dedo, su culo lo recibió y se cerro entorno a él. Ella lo notó y como pudo volvió a relajarlo. Mi polla estaba preparada, era el Apollo 11 apunto de tomar luna. - Sin lubricante esto va a ser difícil - dije preocupado
Sin parar de meterse el desodorante volvió a buscar en el bolso. En esta ocasión sacó un bote de crema Nivea, el de toda la vida. Me lo pasó como diciendo: "Apañate con esto". Yo sabia que podía servir en un principio, pero que a medida que la crema se fuera... eso iba a doler. - No se si va servir - le dije, mientras ella seguía a lo suyo
- Rompeme el culo si hace falta - dijo entre jadeos
Abrí el bote y puse un poco de crema en su culo. También puse un poco en mi polla. Segundos antes pensé: "Un pequeño paso para mi, un gran paso para mi polla". Y el Apollo 11 fue directo al cráter. Empecé a atravesarla poco a poco, costaba pero ella se dejaba. Ya no se masturbaba, estaba atenta a la maniobra, pero el bote seguía dentro suyo. Seguí empujando poco a poco pero con decisión. Note como todo se cerraba a mi alrededor, no era bienvenido, pero tenia instrucciones claras. Así que empujé, y la penetré del todo. Ella sacó un grito. Fue un grito extraño, contenía dolor pero también liberación. "Houston, el Apollo ha alunizado", pensé. Y todo se quedo en silencio unos segundos.
Estaba seguro que para ella no había sido agradable. Seguro que quería que parara, pero no había hecho este viaje para irme sin nada. Así que retrocedí, y volví a embestirla. La cogí por sorpresa y volvió a sacar otro grito, esta vez menos fuerte. La crema cumplía con su cometido, y facilitaba la fricción. Los gritos se mantenían cada vez que llegaba al fondo. Poco a poco, cogí ritmo, ella gritaba igual, estoy seguro que le dolía. 

Ella se sobrepuso, y reinició su trabajo con el desodorante. Me sorprendió como era capaz de notar el contenido de su vagina con mi pene. Ella no paraba de gritar. Eran gritos desconcertantes, jadeos, dolor, lujuria. A ratos pedía más, a ratos casi lloraba. La crema fue desapareciendo, y su culo se fue cerrando. Casi la tenia aprisionada, ya no podía ni moverla.
Sus gritos se fueron transformando en aullidos. Pensé que una gota de saliva ayudaría por algunos minutos, así que escupí en el nexo de mi polla y su culo. Eso sirvió para poder follarla unos minutos mas hasta que empecé a mover el desodorante con mucho ritmo.
No podía seguir su ritmo, asé que pare, le saque la polla del culo en el justo momento que se corrió. Grito de placer, mucho, muchísimo, y cayo extasiada en la cama. Cuando se recupero un poco dijo: - Hacia años que no tenia un orgasmo - dijo de manera entrecortada
- Y el culo? Te ha dolido? - pregunté preocupado
- Si, pero ha sido genial, nunca había hecho algo así - Y en ese momento se dio cuenta de que mi polla seguía erecta
Yo estaba de rodillas en la cama, ella se movió y vino para comerme la polla. - Quitate la blusa - le ordene
Obedeció rápido y se quito la blusa y el sujetador. Dejo a la vista dos grandes pechos, caídos pero no por eso menos eróticos.
Empezó a comerme la polla poco a poco, pero cerrando los ojos, como si intentara recordar como se hacia. Empezó a coger ritmo a medida que iba recordando. No tarde mucho en correrme, pero antes de hacerlo se la saque de la boca y quedando tendida encima de la cama, le eche una enorme corrida en las tetas. Se quedo mirando toda la mancha que le dejé, y le dije: - Restregatelo - y sonreí
Me miro extrañada, pero obedeció repartiendo todo mi semen por sus tetas y pezones. - Esto tampoco te lo hace hacer tu marido? - pregunte guasón
- No, es la segunda cosa nueva del dia - dijo también siguiéndome la gracia
- Te ha gustado? - pregunte con sinceridad
- Ha sido de las mejores cosas de mi vida, aunque me hayas roto el culito
- Jeje. Estarás algunos días sin sentarte.
Yo me lo pasé genial. Aunque no fue muy activa, disfrute de sus ganas de probar y de vivir. Obedecía, pero también tenia una llama interna que ardéa con intensidad.
Por lo que sé abandonó a su marido, y empezó a vivir la vida mas relajadamente. Me cambió la visión de las mujeres casadas, desde entonces siempre intento conocer a alguna y ayudarla a liberarse de prejuicios y abrirse al nuevo mundo del sexo.

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