miércoles, 14 de octubre de 2015

divorciadas o casadas? cap.I

Divorciadas o casadas? (I)
por LO JOVE LLEIDATA

A veces me viene a la cabeza la vieja duda... divorciadas o casadas?

Hubo un tiempo en mi vida, donde lo tuve bien claro. Y todo fue gracias a una mujer... Laura

Tenia yo...22 años, si las cuentas no me fallan. Tengo que reconocer que por aquel entonces tenia una relación. No me escondo de ello, y espero que no juzguéis severamente. 

A mi favor tengo que decir que era una relación sin futuro, los dos lo sabíamos. Sabéis la típica relación que tras los primeros meses de sexo sin control se queda vacía? Pues así fue esta, y para finales de verano ya habíamos gastado todo el sexo.

Consciente de ello, intenté dar un impulso (la chica me gustaba de verdad), pero me había vuelto a la mente un antiguo rollo (una madurita, como no). Quería sacármela de la cabeza y centrarme en la relación que tenía entre manos. Así que hice uso de toda mi galantería y me la llevé a un hotel-balneario de la Costa Dorada.

La cosa no iba bien, eso quedó claro en el trayecto de ida. Silencios incómodos, conversas sin sentido. Al llegar al hotel la cosa no mejoró. Habitación equivocada, discusión con el encargado... en fin, la cosa no podía ir peor. Después de insistir, nos dieron la habitación y unas disculpas forzadas.

Para aliviar tensiones decidimos ir a la playa. Teníamos 3 días de caluroso Septiembre para disfrutar de una playa casi vacía. Pero la playa no hizo mas que distanciarnos. Nos plantamos en la playa, y cada uno se puso en su toalla: yo me puse a leer y ella fingió dormirse mientras tomaba el sol.

Yo desistí en buscar explicaciones y simplemente traté de disfrutar del día. Y en pocos momentos empezó a mejorar. Por mi izquierda apareció una mujer, vestida con un vestido playero blanco que despertó toda mi atención. 

Debía tener unos 41-42 por su cuerpo. Era difícil de decir, porque llevaba una gran pamela marrón con unas gafas que le tapaban parte de la cara. La playa estaba prácticamente vacía, así que disimulé al mirarla. Pero no pude resistir a escrutarla, cuando se sacó el vestido y se quedó tan solo vistiendo un bonito bikini negro. Miré a mi acompañante, seguía durmiendo... Así que aproveché la ocasión. La observé un buen rato...

Se quitó el vestido lentamente dándome la espalda. Tenia un cuerpo muy bonito a pesar de la edad. 1'75 aproximadamente, piel bronceada, delgada. Al sacarse la pamela, cayó un ondulado pelo castaño sobre sus hombros. Se giró hacia mi, como contando las personas que había en la playa. No nos separaban mas de 10 metros y mirándome llevo sus manos a la espalda y se quitó la parte de arriba del bikini. Aparecieron dos pechos tremendo, desafiando todas la leyes de la física. Espectaculares, con unos pezones grandes como galletas. 

Inmediatamente noté una súbita erección, y no pude fingir mi sorpresa cuando acto seguido bajó sus gafas y me guiño un ojo. Recuerdo que justo en ese momento me vino a la cabeza que hacia mas de dos semanas que no echaba un polvo medio decente. No le aguanté la mirada y me giré sobre la toalla para disimular la erección. Me avergonzaba, intenté mantener la posición, pero cuando ya llevaba unos 10 minutos me volví a girar. Allí estaba ella, sobre la toalla con esas tetas mirando al cielo. Me quedé mirando esas tetas enormes, muy grandes por lo delgada que era ella. Pensé que debían ser operadas mientras las miraba. No sé cuanto tiempo estuve mirando, pero al girarme hacia mi acompañante vi que me miraba con cara de asco.

- Que coño miras? - Dijo con todo el desprecio del mundo.
- Na, nada.- Dije entrecortado y intentando tragar.
- Que asqueroso eres, me voy al hotel a dormir tranquila.
- Voy contigo. - Dije avergonzado.
- No, tu quedate con la vieja esa, a ver si te la follas.- Y se levantó rápidamente.

Me quedé mirando como se iba. Me había humillado. Estaba furioso, pero tenia razón, había sido irrespetuoso. Estaba lleno de culpa.

Cuando volví la cabeza hacia la playa descubrí que "la vieja" había presenciado toda la escenita. Y me miraba fijamente con una media sonrisa. Se levantó y aquellas tetas parecían tener vida propia. Era una mujer con un cuerpo precioso. Vientre plano a base de gimnasio. Ya no me miraba, se había levantado y se dirigía a la orilla. Poco a poco se metió en el agua y nadó unos metros. No podía dejar de mirarla.

- No te vas a bañar? - No podía creer que me estuviera gritando.
- El agua esta muy buena! - Dijo poco antes de sumergirse.

Miré hacia atrás, por si todavía estaba la otra por ahí. Le puse dos huevos, me levante y me dirigí a la orilla. Me quede ahí de pie mirando al mar mientras ella hacia algunas brazadas hacia mi. Se paró y se rió. Fue entonces cuando caí en la cuenta de que no me había bajado la tremenda erección. Rápidamente me metí en el agua y me quede a un par de metros de ella. El agua me llegaba al entre el pecho y la cintura.


- Vaya humor tiene tu novia. - Me dijo con complicidad.
- Pues si, que le vamos a hacer... - Dije apartando la mirada.
- Soy Laura. - Dijo mirándome a los ojos.
- Encantado. - Y los ojos se me fueron a la linea del agua, justo encima de sus pechos.

Ella se puso a reír.

- Acercate que no muerdo.- Dijo con una voz suave.

No pude hacer más que obedecer.

- Eres un poco calzonazos no?. - Yo abrí mis ojos ante tal ofensa.
- Por? - Solo acerté a contestar.
- Yo la hubiera mandado a la mierda.
- Mujer, tampoco es eso.
- Si tuvieras huevos ya me hubieras agarrado las tetas. - No daba crédito.

De repente note su mano bruscamente en mis huevos.

- Pues si tienes, pero no los usas.
- Huuuuueenooo... - No pude pronunciar nada.
- Mira, ves esos apartamentos a primera linea? El de la tumbona es el mio. Yo ahora saldré del agua. Demuéstrame que tienes huevos y ven en 5 minutos. - Soltó mis huevos y se fue andando a su toalla.

Se secó un poco de espaldas a mi, se puso el vestido y se fue camino al apartamento que quedaba a unos 50 metros. Me habían humillado dos veces en menos de 10 minutos. Soy una persona tranquila, pero juré que no habría una tercera vez.

Fui a mi toalla, me sequé un poco y me fui directo al apartamento. Crucé el pequeño jardín con decisión y me dirigí a la puerta que ella había dejado abierta a proposito.

- Hola? - Dije decidido.
- Vaya, ahora si que me has sorprendido. - Oí una voz que venia de la cocina.

Me dirigí hacia la cocina y ahí estaba ella. De espaldas a la puerta donde ahora me encontraba, estaba llenando un pequeño vaso con una botella de licor. Creo que era tequila. Ofreciéndomelo mientras se apoyaba en la encimera, dijo:

- Toma un trago, lo necesitaras. - Eso me enfiereció.
- Tal vez deberías tomarlo tu.
- Llevo mas de 20 años divorciada, yo si hago lo que me da la gana. - Y tragó todo el contenido de su vaso.

Me acerque a ella, rápidamente. Le agarré la cara, y apretando un poco sus mejillas dije:

- Yo también hago lo que me da la gana. - Y la bese con fuerza, pegado mis labios con firmeza y metiendo mi lengua en su boca.
- Mmmmmmmmmmm. Eso me ha gustado. - Dijo recuperando el aliento.
- Pues intenta disfrutar. - Y rompí su vestido de playa desgarrandolo por el escote y dejándolo hecho un trapo en el suelo.

Eso la sorprendió. Primero puso una cara de susto, pero prontó le volvió esa cara de guarra con la que ahora me miraba a los ojos.

Me pegué a ella, que ahora estaba apretada entre yo y la encimera. Trataba de intimidarla, y creo que lo conseguí un poco. Saque sus tetas del bikini, la escena era brutal, esos dos pechos saliendo por encima del sostén. Fui directo al pecho derecho, a su pezón. Lo devoré. Chupe y lamí. Ella suspiró. Estaba claro que le gustaba, así que mordí un poco. Se estremeció, y con su mano derecha acarició mi pelo. Sin dejar de chupar su pezón, agarre su mano, y la subí a la parte superior del mueble de cocina, inmobilizandola.

Agarre el pecho que acababa de lamer, estaba claro que eran operadas, pero me encantaron. Le comí la otra teta, volví a morder y instintivamente ella volvió a tocar mi pelo. Otra vez agarre la mano que todavía le quedaba libre y la puse al lado de la otra.

La situación era clara, era más fuerte que ella, estaba inmovilizada. Con otro movimiento hábil conseguí coger sus dos manos con mi mano izquierda. La miré a los ojos y le dije:

- Todavía piensas que no tengo huevos? - Le dije mirándola a los ojos.
- No. Ahora pienso que los quiero notar rebotando en mi culo. - Y sonrió

Yo también sonreí. Y con mi mano derecha, la que me quedaba libre, fui a buscar su coño. Aparte el bikini sutilmente y note lo mojada que estaba. Eso me excitó mucho, estaba muy húmeda, sorprendentemente húmeda. Casi sin querer, metí un dedo en su vagina, la que lo absorbió con sorprendente facilidad.

Seguía mirándola a los ojos, y saque mi dedo para llevármelo lentamente a mi boca. Chupe todo su jugo.

- Eres un guarro. - Me dijo.
- Y tu que eres? - Le pregunté.

Se zafó de mi y se agacho dejando su cabeza a la altura de mi polla. Toco el bulto que salia de mi pantalón con deleite.

- Que edad tienes? - Pregunto mientras me sacaba la polla del pantalon
- 22, y tu? - Ella solo miraba mi polla.
- Luego te lo digo - Y se la metio en la boca.

Empezo a chupar, muy lentamente, deliberadamente lenta. Quería que reaccionara, y reaccione. Lleve su cabeza hacia el mueble de cocina y luego le metí mi polla, apretando su cabeza. Se la metí hasta el fondo de su garganta y aguante unos segundos, hasta que note una arcada. Saqué mi polla de su boca con un largo hilo de saliva pegado en la punta. Ella aprovecho para respirar, una gran bocanada. No deje que terminara cuando repeti la operación, ahora aguante unos segundos mas fingí repetir la operación de sacarla, pero al final empujé hacia su garganta de nuevo. Eso la sorprendió, provocandole una nueva arcada que contuvo. Se la saqué, ahora con mucha saliva. Agarro todo el aire que pudo, y me miro con la cara un poco roja y los alrededores de su boca llenos de densa saliva. Su cara era un poema.

- No decias que no tenia huevos? Pues cómetelos - Y le puse los huevos en la boca.

Lejos de rechazarlos ella intentó meter uno en la boca y luego el otro. No podía, pero lo seguía intentando, eso me daba placer.

Le saqué los huevos de la boca, y con mi polla llena de saliva le di unos golpecitos en la cara y mofletes.

Luego se la volví a meter, y empece a follarle de nuevo la boca. Casi no la dejaba respirar, y ahora la apretaba contra mi. Hacia un poco de resistencia, pero en el fondo le gustaba, cada vez que se la sacaba venia a por más.

La levanté de las cuclillas agarrándola por los brazos, y la empotre contra la encimera dándole le vuelta. Todavía llevaba el bikini, que baje para dejar al aire su culo. Con mi polla busque su vagina, y la penetré con fuerza.



- Ahhhhhhhhh - Soltó un grito entre el placer y el dolor.

Y empece a follarla con golpes fuertes y lentos. Su coño era caliente y podía notar como estaba muy húmeda. La tenia agarrada por las caderas, y le obligaba a sacar el culo después de cada embestida. Así mi golpe encontraba su culo en un choque intenso. Ella gritaba mucho, ahora de placer. Y a mi me vino la imagen de mi novia diciéndome "Follate a esa vieja", así que sin querer incrementé el ritmo. Ahora ella ya no podía recuperar, y yo la apretaba a base de repeticiones contra el mármol.

- Más más!! Follameeeee!! - Gritaba descontrolada.

Yo apretaba mis labios y sacaba todo mi poderío. Notaba que mi polla estaba dura, y frotaba con su vagina rápidamente. Unos minutos después ella ya no ofrecía ninguna resistencia, tan solo podía aguantarse un poco en la encimera y tratar de no caer tras mis envestidas. Sus gritos se habían transformado en un "Ahhhhhhhhh" intermitente.

De repente, calló, llevo sus manos a su culo, y lo abrió dejándome ver su ano rosadito. Cambió la onomatopeya por una "Ohhhh" constante, note como se corría. Daba grititos y jadeaba. Yo estaba apunto, así que saque mi polla. Ella quedo extasiada, y yo me toque la polla continuando con una paja que terminó en una corrida abundante. Salió disparada a su culo, e hizo diana. 

Al notarlo, ella se llevo la mano al culo, noto la cálida corrida, y ante mi sorpresa la removió e introdujo el dedo en el culo. Al sacarlo, se dio la vuelta y se lo llevo a la boca.

- Yo también soy una guarra- Dijo. Yo me puse a reír.
- Por cierto, tengo 52 años.- Me quede boquiabierto.

No lo podía creer, no los aparentaba. Ella aprovecho para llevar su boca a mi ya flácida polla.

- No puedes ir a ver a tu novia con la polla sucia dijo - Mientras repasaba los restos con su lengua.
- Creo que no será mi novia mucho más. - 

Lo que pasó luego os lo contaré otro día. Fue bastante divertido, así que recordádmelo. El caso es que desde entonces cuando una mujer me dice que esta divorciada, solo puedo pensar en el montón de travesuras que habrá hecho en su vida, y me pregunto cuantos yogurines se habrá comido.

CONTINUARÁ

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